‘Bala perdida en julio’ (tercer episodio)


Declaración oficial

Sala R Teatro Kairós (Teatro para el pueblo)

Estamos tratando de ampliar la recepción para poder mostrar nuestras obras hasta en las zonas más intrincadas del país.  

Sin distinción de ideología, credo, raza, u orientación sexual.

Teatro Kairos está en las calles, como debe ser.

Una joven (Neisy Alpízar) sale de su casa a encontrarse con unas amigas. Sale a las calles de lo que ella consideraba un país tranquilo. Era el 11 de julio. Su vida dio un vuelco y sin haber sido diagnosticada se encuentra recluida en un hospital para enfermos mentales. Se encuentra en la Sala R.

Dramaturgia y dirección: Lynn Cruz.
Intérprete: Neisy Alpízar.
Fotografía y música: Miguel Coyula.
Coordinación: Juliana Rabelo.


Bala perdida en julio

Llevo rato pidiendo repelente o algo para que no me piquen los mosquitos.

Es que yo tengo sangre para eso.

Sangre.

No entiendo por qué me dicen que yo falto el respeto, cuando digo lo que no quieren escuchar.

Desde que me levanté el domingo, la primera frase que tuve para mi madre era que tenía que ser fuerte.

Como si yo misma no tuviera que repetírmelo mil veces antes de salir.

Mi madre insistía en que no saliera, que la calle estaba revuelta, que corría peligro.

Vivo en un país tranquilo, no debía pasar nada.

En el bolso llevaba unas galletas por si me daba hambre.

Hambre.

Me fui sola.

En el Parque me encontré con unas amigas.

Fue ahí cuando empecé a escuchar los primeros gritos.

Saqué el teléfono y empecé a filmar.

Un policía se me lanzó arriba para golpearme y quitarme el teléfono.

Un grupo de hombres se le lanzó al policía, y yo logré escapar.

Ya no tenía a nadie conocido cerca.  

Caminé por las entrecalles.

Me sonó el teléfono.

Era la voz de mi madre.

Estaba herida.

Una bala perdida le atravesó la pierna al salir de la casa.

Empecé a gritar: “¡Degenerados!, ¡hijos de puta!, ¡van a pagar bien caro!”.

Una marea humana empezó a salir de todas partes.

Había dos patrullas volcadas y les estaban tirando piedras.

Volé por el aire y empecé a gritar: “¡Libertad! ¡Libertad!!Libertad!”.

Después de eso no recuerdo nada más

No soy yo la que tiene que responder por qué razón estoy aquí.

¿Creen que me van a seguir chantajeando?

No voy a eliminar mis publicaciones.

Siento que he sufrido una transformación, un cambio.

Dentro de mí ha surgido un hombre nuevo.

Como una fuerza incontrolable.

No la van a poder parar.




Evelyn Corvea

‘Abril sin carne’ (primer episodio)

Teatro Kairós

Una joven (Evelyn Corvea) se encuentra bajo un estrés provocado por la separación de sus padres. La ausencia hace mella. La joven tiene hambre y sed. La joven demanda atención especializada.





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