—¿Quiénes eran tus mejores amigos en La Habana?
—Heberto Padilla, Pablo Armando Fernández, Pepe Rodríguez Feo, encantadora persona, de quien decían que era agente. ¡Todos eran agentes!
—¿Quiénes eran tus mejores amigos en La Habana?
—Heberto Padilla, Pablo Armando Fernández, Pepe Rodríguez Feo, encantadora persona, de quien decían que era agente. ¡Todos eran agentes!
En la finca de Baquero, Portocarrero le recomendó a Lezama que “se lanzara”: Desnoes tenía 20 y acababa de terminar el bachillerato; Lezama tenía 41 y ya gozaba de enorme prestigio.
Nadie escuchaba. Nadie escucha aún. Lamentablemente hoy, por lo teatral en el discurso, todos hablan, o publican, o cantan, o pronuncian.
Un mapa sobre el ejercicio de la escritura. Una mirada sobre aquellos que se rehúsan a la validación ‘per se’ del mundo de las cosas.
Juan Abreu es un enemigo declarado, militante, de la vulgaridad e imbecilidad de la sociedad contemporánea, contra las que hay que escribir.
La foto de este lunes de noviembre ilumina otro sentido subterráneo de esas palmas que revientan buldoceadas en un verso olvidado.
De lo que se trataba era de hacer un claro en el bosque. Una especie de patio interior. Una claraboya para visibilizar la barbarie.
Una escritura que desacraliza y destruye, a partir de elementos asociados a lo femenino, lo escatológico y lo sexual lésbico, los paradigmas impuestos por el poder opresivo del patriarcado.
’Libro de Arenas’ tiene una pulsión muy similar a la de ‘Necesidad de libertad’, pero tiene además la ventaja de que fue concebido por otros.
“Reinaldo Arenas abriéndose una cuenta en Facebook con un nombre falso que refiere a cualquiera de sus libros. Por ejemplo: Blanquísima Mofeta. Cuando Reinaldo Arenas da clic en aceptar, inmediatamente gana 107 seguidores”.
La noche a la que se refería Reinaldo Arenas era la muerte, entre otras cosas. Yo no debo morir, no espero morir ahora; pero también se me acumulan emociones y certezas mientras siento que la noche vienesa va a caerme encima en cualquier momento.