‘Luz de Lis’ es una entrega de la serie ‘Cosa seria’, una columna de opinión del artista Omar Santana, en ‘Hypermedia Magazine’.
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Ruinas, remesas y hoteles como factores de cambio
Los hoteles construidos, en medio de la debacle generalizada del país, son la prueba y el símbolo más fehaciente de esta falta de voluntad absoluta para cambiar. El eslogan es claro: son continuidad de un proceso de destrucción de la nación.
El espacio del pueblo
Estos son los cambios vitales y urgentes que necesita el pueblo ahora, por justicia y para impedir que se siga consumando el cambio fraude.
Ahora, la libertad
El derecho a entrar libremente a Cuba y a salir libremente de Cuba para todos los cubanos, sin permiso de salida o de entrada, por el tiempo que la persona decida, sin impuestos, ni confiscaciones, ni despojos de propiedades.
Peligro de conjunto
Como no se produce la apertura ni hay transparencia, aumentan la ansiedad y la inseguridad. Es como si las oportunidades y los lugares en la vida solo alcanzaran para unos pocos, como ocurre en las colas. Esa situación convierte una vez más al cubano en competidor del cubano y genera un individualismo disociador.
El “macrofraude”
Lo indignante, humillante y alienante es que surgen muchos factores reforzando pública o veladamente este compás de espera, sustituyendo la esperanza por la sumisión.
Nadie responde
Tenemos 2300 libras de medicamentos e insumos de hospital listas para ser enviadas a Cuba. Es una cuestión de humanidad, las medicinas no tienen ideología, la solidaridad no es política.
Corrección
‘Corrección’ es una entrega de la serie ‘Cosa seria’, una columna de opinión del artista Omar Santana, en ‘Hypermedia Magazine’.
Nuestra propia historia
La realidad es que en Cuba se ha mantenido un orden de no derecho que ha instalado una cultura del miedo y que, al mismo tiempo, ha jugado con las circunstancias internacionales a su favor y en contra de la libertad de los cubanos.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia
La orden de combate del gobierno cubano el 11 de julio se ejecutó con mayor rigor contra los que el propio Miguel Díaz-Canel llamó “marginales”, que no son más que aquellos más humildes.