Los vapores indiscriminados del amor hacen estragos en los libros de mis escritores cubanos pornográficos, conocidos y menos conocidos. No sé si eso sea bueno o malo, pero es una verdad amorosa y caliente, como un tragamonedas oscuro en una carretera oscura del sur caluroso de la Florida.
Etiqueta: Larry J. González
Los amores de un pez perro
Marcos me dijo que ellos estaban en la playa porque su papá se andaba escondiendo. Varias veces me dijo que Cuba era el país más feo donde él había estado. Quería saber si en la playa se podían pescar peces perros. “¿Tú has visto alguna vez un tiburón blanco?, me preguntó. “¿Y a tu papá quién lo persigue?”, preguntaba yo.
Larry J. González, paréntesis: del cine mudo al semillero
Lo que descostra a Me fui a sembrar tomates donde los agrestes ofrecían semillas de ophrys fusca (2020), de Larry J. González, no es la poesía, sino la supervivencia. La supervivencia del poema en lo microscópico, no la supervivencia tosca a la que estamos condenados los nacidos en Los Palos, Puriales de Caujerí, Yaguajay, La Siguaraya…
Yo dejé morir a alguien
Hoy mi exnovio vive en Fort Lauderdale. Mi exnovio no sabe que Rudolph se ha muerto. Hablamos por WhatsApp de esto y de lo otro, pero nunca hemos hablado de Rudolph. Mi exnovio se está enterando, ahora mismo, que Rudolph está muerto. Igual que tú.
La Fracción: por qué, y por qué no más
La Fracción fue un espacio mensual en el tabloide Noticias de Arte Cubano, entre 2013 y 2015. La historia del arte conceptual está llena de ejemplos de este tipo: publicaciones no convencionales e infiltraciones en espacios editoriales para canalizar ideas atípicas o subversivas.
Conversación en La Catedral
“¿De qué otra manera pueden sobrevivir los artistas cubanos si no es por el yuma? Aquí nadie compra arte, no hay un mercado nacional. Los yumas son los que permiten que exista arte en Cuba”.
Yo quiero a mis dos padres muertos de un infarto
Pensé en mi hermana que vive en Miami, comiéndose un cable, pero que no tenía que estar ni un minuto en la sala de Cardiología. Pensé en las 40 horas que se me venían encima. Pensé en Vale todo, aquella novela brasileña, y en mis ganas de vivir de un dinero que no fuera mío. Pensé en las últimas fotos de Yomil & El Dany juntos.
Yo no tengo nasobuco
Si tuviera nasobuco tampoco lo usaría, porque no voy a salir más a la calle. Hasta que se acabe todo esto. Aunque me muera de hambre. Tengo un boleto de avión pospuesto para una fecha a la que no le veo ninguna perspectiva, por como pinta el paisaje.
Harakiri rosa
Me fui a Sakura, la exposición de Rocío García, porque necesitaba un lugar sin hedor. Que mis dadaístas ejercicios me salven este mes de marzo en el que todo huele y se siente tan mal: la censura, la homofobia, el espectáculo, la cárcel.
La fiebre millennial
El chamaquito me dice que me quiere hacer una entrevista. Que no es por nada, que está entrevistando a algunos de los artistas que trabajan con la galería El Apartamento. Lo de “que no es por nada” me gustó.