Esta es la imagen que quiero para esta entrevista: Jorge Enrique Lage guiñando un ojo en Cuba, en su negativa al silencio: “Me gusta el instrumental de la ciencia-ficción, las movidas con el tiempo. Y me gusta trastear cacharrería en paro técnico. Para otras cosas más productivas, se necesitan habilidades de las que yo carezco”.
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Empujar cuesta arriba una enorme bola de mierda
A pocos metros del glamur de los hoteles Manzana Kempinski y Packard, se extiende una ciudad desvencijada, con aguas pútridas en mil y un lugares, vertederos… Casi toda la capital es como un basurero enorme con vista al mar, un garbageland. Sus fronteras se han ido extendiendo con el tiempo, y ni siquiera las frena el litoral.
Paseando en Uber con Mariela Castro
A bordo del Ford Crown Victoria, Mariela Castro se quedó dormida. Al igual que Silvio Rodríguez en el estéreo, tal vez imaginaba cantos, soñaba un porvenir. ¿Qué cantos? ¿Qué porvenir? El paisaje seguía siendo un mar de cañaverales rizados por la brisa, con algunas palmas y árboles destacando sobre el fondo azul.
Notas pornográficas de mi aislamiento social
Richard Ford y yo vivimos junto al mar. Pero no somos vecinos. Parado frente a la ventana de su estudio, el mar que Richard Ford ve no es el mismo espejo de agua salada y boronillas de mierda, suspendidas o precipitadas, que veo yo desde mi cuarto. Días de encierro. Días sin lluvia. Días con muchísimo sol.
Cine y sedición en el Paquete Semanal
El Paquete Semanal lo inventó la Seguridad del Estado. Más o menos así me dijo un amigo narrador cubano. Yo traté de imaginar todo el entramado para razonar esa frontera donde el Paquete termina como negocio y comienza como estrategia de control.
¿Se esconden los policías dentro de un baño?
Vigilar y luego castigar, y de paso inocular una imagen en la memoria colectiva. Adoctrinar y disciplinar al proletariado. ¿Quién, en Cuba, anda por ahí ajeno a las cámaras de vigilancia?
#MeToo or not #MeToo
Si el #MeToo te pone la cabeza mala, ¿el falso feminismo también? ¿Se trata de un puritanismo extremo, del totalitarismo de una militancia férrea? ¿Dónde comienza la cacería de brujas?
La Generación Cero no funciona ni siquiera para nosotros
No hay de qué quejarse. Este no es país para lloricas. En estas memorias apócrifas inoculo un trozo de un himno de combate de Tata Güines: “Tápale la boca a ese perico que está llorando”, relacionándolo con un discurso donde Fidel Castro se responsabiliza del desastre de la Zafra de los Diez Millones.
Con dos que se quieran… ya tenemos Generación Cero
Necesito unos segundos de reflexión para tratar de explicarles qué diablos pasa con los narradores de la Generación Cero y por qué muchos de sus libros me parecen de una ridiculez inenarrable. Digamos que se trata de textos que no tienen o no conducen al clímax. O como también se le conoce en el CENESEX: “templar sin venirse”. Lo de la Generación Cero es la narrativa tántrica.
Asesinar bolivianos, un asunto políticamente correcto
Durante una beca de escritura creativa en México, en el nuevo libro de Raúl Flores Iriarte empezaron a morir bolivianos. Según declaró ante el corro de escritores latinoamericanos allí reunidos, escogió esa nacionalidad para sus víctimas porque entre los becarios no había bolivianos. No deseaba generar conflictos.