El espacio del pueblo

La sociedad cubana necesita cambios en todos los órdenes, por eso no debemos aceptar que con algunas medidas y pequeñas aperturas el Gobierno sustituya los cambios verdaderos y justos, mientras mantiene las rígidas restricciones y negaciones al ejercicio de muchos derechos.

La falta de transparencia y de libertad de expresión son las primeras grandes carencias en este proceso, sobre cual el pueblo no tiene control. El pueblo no sabe, ni se le da derecho a saber dónde vamos, ni cómo vamos a quedar los cubanos. Los diálogos entre élites y las decisiones en las esferas del poder no son el espacio del pueblo. El espacio del pueblo debe ser garantizado para que pueda ejercer sus derechos, sin falsos paternalismos que a larga son cadenas tiránicas. El espacio del pueblo se logra por el camino del pueblo.

Otra gran carencia es la falta de participación democrática y efectiva de los cubanos en las decisiones políticas y de todo orden que afectan sus vidas. Sin libertad de expresión ni de asociación ni pluralismo de partidos ni elecciones libres, el pueblo está privado de ejercer su soberanía, y los ciudadanos ni son libres ni pueden decidir.

Es necesario el diálogo entre cubanos sin exclusiones ni condicionamientos, pero ese diálogo no debe ser condición para el reconocimiento de los derechos políticos de los cubanos. El diálogo con transparencia puede servir como instrumento para implementar los cambios en la ley y en la sociedad, que garanticen el ejercicio de los derechos políticos y de todos los derechos para todos los cubanos. Con diálogo o sin diálogo, ahora deben ser garantizados esos derechos.

Si algunos apoyan o apoyaron este Gobierno, eso no implica que no quieran la libertad política. Pero lo que no se puede negar es que ahora nadie en Cuba tiene ni libertad, ni derechos políticos; ni los que se identifican en uno u otro grado con el Gobierno, ni los que lo rechazan abiertamente o en silencio. Lo justo es darle la voz al pueblo, a todos los cubanos, pero para que sea a todos tiene que ser mediante la garantía de los derechos civiles y políticos para todos. Esos son los cambios que Cuba necesita para que el pueblo tenga su espacio. El espacio del pueblo es la democracia. ¿Por qué no?

El documento «El Camino del Pueblo» suscrito por más de mil ciudadanos, muchos de ellos miembros de la oposición pacífica, dentro y fuera de Cuba, enuncia una hoja de ruta para el cambio democrático, para lograr ese espacio para el pueblo, respetando otras iniciativas.

Es una realidad, aunque algunos insistan en negarla, que todos los movimientos democráticos, llamados también oposición pacífica cubana, expresan en sus declaraciones y programas como fundamentales los siguientes objetivos:

  • La liberación de todos los prisioneros políticos.
  • El derecho de los cubanos a entrar y a salir libremente de Cuba sin
    exclusiones ni condicionamientos.
  • La libertad de expresión, información y el acceso a los medios de
    difusión para todos los cubanos.
  • La libertad de asociación incluyendo la diversidad de partidos en un
    amplio pluralismo político.
  • Elecciones libres y democráticas en las que los ciudadanos puedan
    nominar y elegir directa y democráticamente a sus gobernantes y tomar decisiones soberanamente.

Estos son los cambios vitales y urgentes que necesita el pueblo ahora, por justicia y para impedir que se siga consumando el cambio fraude, que pretende la continuidad del totalitarismo, timar y «darle la mala al pueblo» y estafarle su vida también a la nueva generación.
La pobreza para la mayoría de los cubanos es una sentencia impuesta por este sistema político, «una condición» de la que no se les da oportunidad de salir. Así como los privilegios para una nueva aristocracia son «la otra condición» que quieren conservar a costa de la sentencia de aquella mayoría.
En resumen, dentro de ese cambio fraude que, según el gobierno, es para tener más socialismo, los grandes castigados son los pobres y entre estos los trabajadores de todo tipo, los jubilados, los jóvenes y las mujeres y hombres desempleados.
Y por no tener la libertad de expresión, ni el derecho para organizarse en partidos políticos y en sindicatos libres, y porque no pueden elegir en elecciones libres, es por lo que los pobres son ahora más pobres. Pero si los cubanos se lo proponen y demandan sus derechos políticos, entonces sí podrán elegir, diseñar los cambios y cambiar todo lo que quieran cambiar.

Los cambios políticos que demandamos ahora son beneficiosos para todos los cubanos, no importa si se identifican o no con el gobierno, si están dentro o fuera de Cuba, si son pobres o ricos, creyentes o no, porque los cubanos ahora no tenemos esos derechos políticos. Algunos tienen poder, pero no derechos. Los derechos son también camino para lograr la confianza, la justicia, la reconciliación y la paz que todos queremos para Cuba.

Sin embargo, no basta con los derechos; lo más importante es el amor entre cubanos y la buena voluntad de todos, pero sin derechos no hay justicia y sin justicia no se construye la paz. Como dijo el Papa Juan Pablo II: «El secreto de la Paz verdadera reside en el respeto de los Derechos Humanos».

Hoy debemos auto-convocarnos todos; toda la sociedad civil incluyendo la oposición pacífica, todos los trabajadores incluyendo los comerciantes, artistas, intelectuales, profesionales, también los desempleados, jubilados, estudiantes, miembros de todas las iglesias y fraternidades, todos unidos, todas las cubanas y cubanos dentro y fuera de Cuba, para que demandemos estos cambios políticos que son los que le devolverán al pueblo su voz, sus derechos y la posibilidad de decidir democráticamente sobre los cambios y sobre su futuro, con justicia y oportunidades para todos.

Cada agrupación, todos los movimientos políticos de oposición, de derechos humanos o cívicos, con su propia identidad, sin negar sus programas, ni abandonar otras demandas, todos los cubanos dentro y fuera de Cuba, pacíficamente, debemos ahora apoyar estos cambios y esta demanda de derechos políticos; trabajando por lograr estos objetivos y expresando que estamos unidos solidariamente en esos propósitos. Porque son el espacio para el pueblo, «El espacio del pueblo».

Movimiento Cristiano Liberación
La Habana, 1ro de junio de 2012


El espacio del pueblo

Los propósitos que nos unen

Los que suscribimos estos propósitos manifestamos que nos unen solidariamente los objetivos que aquí enunciamos y que trabajaremos pacíficamente para lograr- los sabiendo que constituyen una urgente necesidad para nuestro pueblo:

• La liberación de todos los prisioneros políticos.

• El derecho de los cubanos a entrar y a salir libremente de Cuba sin exclusiones.

• La libertad de expresión, información y el acceso a los medios de difusión. La libertad de asociación, incluyendo la diversidad de partidos en un amplio pluralismo político.

• Elecciones libres y democráticas en las que los ciudadanos puedan nominar a sus candidatos y elegir a sus gobernantes y representantes y tomar decisiones soberanamente.


© Imagen de portada: Luis Alberto Rodríguez López-Callejas (segundo a la izquierda), el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca; el canciller Bruno Rodríguez; la primera dama Lis Cuesta y el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel.


* Este texto forma parte del libro La noche no será eterna (Hypermedia, 2018) de Oswaldo Payá.




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Nuestra propia historia

Oswaldo Payá

La realidad es que en Cuba se ha mantenido un orden de no derecho que ha instalado una cultura del miedo y que, al mismo tiempo, ha jugado con las circunstancias internacionales a su favor y en contra de la libertad de los cubanos.






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