¿Cómo y para qué se asesina en Cuba?

El 16 de febrero el sitio Cubadebate publicó una nota del Ministerio del Interior sobre un “hecho extraordinario” acaecido la tarde del día anterior en Vega Larga, municipio de Baracoa (Guantánamo). Según la información, “un efectivo de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) quien no se encontraba de servicio, le causó la muerte con su arma reglamentaria al ciudadano Roldy Polo Pérez, de 45 años de edad”. El hecho ocurrió en la fiesta de cumpleaños de Polo Pérez, en la que “ambas personas compartían”. Los dos se involucraron “[en] una acalorada discusión por problemas personales y bajo los efectos de la ingestión de bebidas alcohólicas se agredieron mutuamente”. 

Después de agregar que el “imputado” había sido detenido y que “al proceso investigativo se le dará curso conforme a lo establecido en las normas jurídicas vigentes en nuestro país”, el MININT lamentó el “fallecimiento de esta persona” justamente en un contexto en el que la policía está “en medio de intensas jornadas junto al pueblo en defensa de la vida, la tranquilidad ciudadana y el orden interior”. Y concluye afirmando que es absurdo “manipular e inventar versiones que no tienen nada que ver con la realidad, para tratar de afectar la imagen de la PNR y de manera oportunista atacar a la Revolución por medios subversivos enemigos en las redes sociales”.[1]

¿Por qué el MININT etiquetó lo sucedido de “hecho extraordinario”? No lo explica; pero implícitamente se refiere a que, en este “único” caso, el policía fue el agresor. En todos los anteriores, el policía había sido exaltado, celebrado, justificado y los muertos civiles reducidos a sujetos criminales con antecedentes penales.[2] Mas la información del MININT publicada por Cubadebate, si bien de manera inconsciente, marca al policía como asesino. Los tópicos que incluye “este artículo” son: Asesinato, Baracoa, Cuba, Guantánamo, Ministerio del Interior (MININT), Policía Nacional Revolucionaria (PNR). Y en efecto, en el video que circula en las redes, el hermano de Polo Pérez afirma que fue eso: un asesinato. Es justo esta propia contradicción interna lo que lo vuelve, en verdad, extraordinario.

¿Cuánto llora en silencio cada noche la esposa que crio sola a su pequeño y que no olvida el último beso que le diera su amado?

Por lo demás, no se diferencia de las otras “notas informativas” del MININT. Lo que es más importante, y hasta revelador, es el encubrimiento del asesinato en la información. El MININT barre el asesinato bajo la alfombra al referirse a la muerte de Polo Pérez como fallecimiento; como si “esta persona” —y aquí se le ningunea para exaltar entonces a la PNR— hubiese muerto en un hospital o de causa natural. Aunque uno puede pensar que, en efecto, morir baleado por un policía en Cuba se ha vuelto ya causa natural.

Quiso la ironía que la nota de Cubadebate coincidiera con la evocación en Juventud Rebelde de la muerte del suboficial Rolando Pérez Quintosa, críticamente herido en el suceso ocurrido en Tarará el 9 de enero de 1992,[3] a quien no pudieron salvarle la vida y murió el 16 de febrero. El artículo de JR está ilustrado con una foto del rostro de un Quintosa joven, blanco, al parecer de ojos azules. A diferencia de Polo Pérez, que literalmente desaparece devaluado en “esta persona”. El artículo sobre Quintosa comienza con el sentimentalismo barato de las preguntas de rigor cuando se trata de una vida que importa: 

¿Cuánto le duele a un hijo no haber podido conocer a su padre? ¿Cuánto soporta una madre cada día al recordar que a su hijo lo asesinaron hombres desalmados que, a cualquier precio, deseaban salir ilegalmente de Cuba? ¿Cuánto llora en silencio cada noche la esposa que crio sola a su pequeño y que no olvida el último beso que le diera su amado?

El artículo de JR está firmado; la nota del MININT, no. El primero quiere conmovernos con la tragedia; el segundo, que la olvidemos. Pero los dos llevan al mismo final: exaltar el valor de la vida policial y desechar las demás. Por eso no hay que entrañarse de que esta jerarquización parezca operar incluso en el interior mismo de la vida uniformada.[4]

“Y que hacía este policía fuera de servicio armado, cuando debe dejar el arma reglamentaria en su unidad…”.

¿Quién y cómo asesinó a Polo Pérez?

A Polo Pérez lo baleó un “efectivo policial” que, al mismo tiempo, no lo era porque estaba “fuera de servicio”, con el agravante de haber usado su arma reglamentaria de policía. Se trata de que los lectores, no importa lo que piensen, desmarquen, separen, distingan. Si se hubiera informado su nombre, habría sido quizá posible hacer esa distinción. Pero la nota está firmada por el MININT, o sea, por la institución, con la clara intención de protegerse a sí misma —a la PNR— y a sus efectivos. Por esta razón, reafirma la identidad del efectivo policial, aún si este no estaba uniformado. 

Al repasar los comentarios dejados en Cubadebate y en Granma, a pesar de que apoyan mayoritariamente a la policía, la pregunta que se repite, una y otra vez, sugiere que no es posible hacer tal distinción. Alguien pregunta en Granma(digital): “Y que hacía este policía fuera de servicio armado, cuando debe dejar el arma reglamentaria en su unidad…”. El arma traba al policía fuera de servicio con él como efectivo policial.[5]

Ahora bien, el hecho de que el policía fuera a la fiesta armado obligar a hacer otras preguntas. Puesto que la nota del MININT no censura ni especifica que es ilegal o que está prohibido el uso del arma reglamentaria cuando los agentes no están trabajando como tales, ¿no es lógico pensar que los policías pueden llevar sus armas a sus hogares? ¿Sería acaso exagerar suponer que si no todos, muchos policías, y posiblemente militares —¡quién sabe cuántos!— tienen armas en sus casas?

Ese cobarde ya había arrebatado una vida en La Habana.

Otra pregunta que sale en los comentarios es la de por qué el policía habría ido armado a una fiesta donde se iban a ingerir bebidas alcohólicas. Pero lo hay que preguntarse es por qué fue armado a una casa que no era la suya. Sobre todo, si era la casa de un amigo, ¿por qué tenía que ir armado? Esto, en el caso específico de Cuba —que es muy diferente al de la locura estadounidense con las armas— solo podría justificarse si el policía hubiera pensado a priori, cuando menos, en la posibilidad de tener que defenderse o atacar

En la despedida del duelo de Polo Pérez, su hermano, refiriéndose al asesino, expresó:

Ese cobarde ya había arrebatado una vida en La Habana. Lo trajeron de traslado para Baracoa. […] Cada vez que se ajuma (emborracha) empieza a tirar tiros al aire. Ayer no le bastó. Tiró un tiro en su casa, tiró un tiro en el puente de Vega Larga y cuando llegó a la portería de mi hermano lo baleó en su casa.[6]

Desde donde estoy, por supuesto, no puedo corroborar estas afirmaciones. Pero sí puedo decir que el material que tenemos permite afirmar que las probabilidades de que el hermano de Polo Pérez tenga razón son altas. La nota del MININT menciona una “acalorada discusión” por “problemas personales”. Entonces, bajo los efectos del alcohol, “se agredieron mutuamente”. Como siempre, el lenguaje es de la mayor importancia. No se fajaron (a golpes), sino que se agredieron. Si esto es cierto, el uso del arma estaría, hasta cierto punto, justificado. ¿Por qué? Porque como lo define el diccionario de la RAE, agredir significa cometer una agresión: “acto de acometer a alguien para matarlo, herirlo o hacerle daño”. La agresión, incluso, sugiere la RAE, puede ocurrir “sin declaración previa. La implicación de la nota del MININT es, pues, que de antemano el victimario y la víctima son igualmente responsables porque los dos se agredieron para hacerse daño entre sí, tal vez para matarse.

¿Quién o quiénes estaba(n) manipulando lo sucedido e inventando versiones?

El uso del verbo agredir en esa nota no tiene otro propósito que falsear y/o tergiversar lo que ocurrió. En lugar de ese verbo, se pudo usar: pelearon (físicamente), se fueron a las manos, etc. El único que agredió, por tanto, fue el policía. En este contexto, la versión del hermano de Polo Pérez, que no habla de “acalorada discusión”, sino de agresión, resulta plausible. Razón de más para que nos detengamos en el final de la nota del MININT que afirma que es absurdo “manipular e inventar versiones.

¿Quién o quiénes estaba(n) manipulando lo sucedido e inventando versiones? ¿Por qué no lo menciona si, como resulta obvio en los comentarios de los lectores, algunos de ellos habían visto el video y sabido la noticia por Internet? ¿Por qué la nota, en lugar de atreverse a declarar que el hermano de Polo Pérez mentía, trata de invisibilizar su denuncia, su existencia, detrás de ese vago e impersonal infinitivo: “manipular e inventar versiones”?

Otra persona comentó en Cubadebate: “La actitud de matarlo por las espaldas, lo dice todo”. No hay que sorprenderse de que enseguida saltaran sobre él. Pero es importante observar que las censuras que recibe, por una parte, reflejan que la mayoría de los lectores no solo es incapaz de pensar más allá de los límites de los comunicados oficiales, sino incluso de abrigar alguna sospecha; mientras, por otra, que están listos a imputar cualquier voz que ponga en entredicho la versión oficial. 

Así, le responden: “¿Por la espalda? ¿Acaso sabe algo que los demás no? Creo que habla de más… a no ser que haya estado en la fiesta… en ningún lado dice que fue por la espalda…”, “[…] ¿tú estabas ahí cuando le disparó?”. 

Ahora nos buscan como opositores, nos citan, nos asustan, nos siguen amenazando. ¿Por qué?

Hasta que alguien escribe: “Si ven el video que hay en las redes se ve que el señor ya fallecido está acostado sobre una camilla y no se ve sangre, lo que quiere decir que el disparo pudo haber sido por la espalda. Además, que a lo mejor el señor […] quiso hacer referencia a la frase ‘atacado por la espalda’ […] tampoco se lo vayan a comer… El cubano es pasional caballero y extremista, ¡cuando no llega se pasa!”.

No “se lo vayan a comer”, el cubano es “pasional” y “extremista”, “cuando no llega se pasa”, dejan entrever el “extremismo” revolucionario, presto a “defender la Revolución” y a comerse al que no piense igual. Cierto que el comentario inicial no da ninguna explicación, pero a quienes lo cuestionaron no se les ocurrió tampoco preguntar antes. Es curioso, además, que le echen en cara no haber estado en el lugar de lo ocurrido y que ellos, que tampoco estuvieron, se tragaran voluntariamente la nota, sin hacerse ningún cuestionamiento.

En el video que circula en YouTube se ve el cadáver de Polo Pérez bocarriba sobre una camilla. Hay varias personas y el hermano grita que lo asesinaron. Se puede ver la caja torácica completa, incluso se lee “Natali”, pero no se ve sangre ni, más importante, hay heridas. Cabe deducir, pues, que fue baleado por la espalda. Este hecho invalida aún más la afirmación que hizo el MININT de una agresión mutua.

En el entierro de Polo Pérez, su hermano se dirige a la numerosa concurrencia que se congregó en el cementerio. Lo escuchamos, entre el llanto y las manifestaciones de dolor de los presentes:

Ahora nos buscan como opositores, nos citan, nos asustan, nos siguen amenazando. ¿Por qué? Porque discutimos nuestros derechos, porque estamos dolidos con la injusticia que le han hecho a nuestro hermano. […] Nosotros somos personas dolidas. Nos duele que nos arrebataron la vida de nuestro hermano. ¿Qué le digo a sus seis hijos? ¿Qué le digo a su niño de 4 años que cree que su papá ahora va al cielo y que algún día lo van a ver?[7]

¿No es acaso verdad que el MININT ya lo ha etiquetado como enemigo, de “tratar de afectar la imagen de la PNR y de manera oportunista atacar a la Revolución por medios subversivos enemigos en las redes sociales”?

Nadie hará por Polo Pérez en JR, o en cualquier otro medio del Estado, las preguntas que Ana María Domínguez Cruz hizo sobre el policía Quintosa.

El único asunto que le interesa al régimen es mantener el poder. Por eso no puede permitir que absolutamente nadie tenga la más mínima duda o sospecha. En aras de preservar el poder está dispuesto a echar al basurero las vidas que le estorben. Sabíamos ya que la policía en Cuba puede matar con absoluta impunidad. Ahora está mucho más claro. No habrá ni investigación a fondo ni castigo.

Nadie hará por Polo Pérez en JR, o en cualquier otro medio del Estado, las preguntas que Ana María Domínguez Cruz hizo sobre el policía Quintosa. Pero el hermano de Polo Pérez las hizo, para que todos las escucháramos, junto a la tumba de su hermano.

Parece que el asesinato de Polo Pérez no va suscitar la rabia ni la indignación del de Hansel, a pesar de que las circunstancias señalan, si se quiere con más fuerza, la disposición a matar de la PNR y de la inmunidad de la cual goza. Un comentario ostensiblemente racista en el sitio de Cubadebate explica por qué: “Lo que sucede también es que Baracoa y Guantánamo es otra Cuba. Desgraciadamente”.

Ni Baracoa ni Guantánamo son otra Cuba. Tampoco lo son la celda en que siguen, muertos en vida, Luis Manuel Otero Alcántara y cientos de cubanos. Mientras tanto, en los pasillos de Cubadebate se grita: “Viva la tranquilidad ciudadana”. Al precio que quieren comprarla, les aseguro, no les durará mucho.


© Imagen de portada: Reza Hasannia.




Notas:
[1] “Ministerio del Interior informa sobre hecho extraordinario en Guantánamo”, en Cubadebate, 16 de febrero de 2022. Todos los énfasis, a menos que se indique lo contrario, son míos.
[2] Es lo que sucedió con Yamisel Díaz Hernández y Hansel Ernesto Hernández, asesinados por policías en 2020.
[3] Un grupo de siete personas que intentó secuestrar una embarcación para salir del país agredió a los guardias que custodiaban una garita y asesinaron a tres de ellos. Quintosa corrió a auxiliarlos, pero fue derribado de cuatro balazos y dejado por muerto. Por este hecho, Luis A. Pérez (24 años) y René S. Mendoza fueron condenados a muerte el 5 de febrero. Es importante advertir que los recursos de apelación interpuestos no tuvieron respuesta sino hasta horas después del fallecimiento de Quintosa. Como era de suponer, las sentencias de muerte fueron ratificadas. El suceso, sin dudas terrible, no ha dejado de ser usado por la propaganda del régimen. Cfr. Mauricio Vicent: “El Tribunal Supremo cubano ratifica las penas de muerte a los asesinos de 4 policías” (El País, 16 de febrero de 1992).
[4] A pesar de que las víctimas de la tragedia fueron 4, el artículo de JR está dedicado solo a Quintosa. No he encontrado artículos dedicados, individualmente, a cualquiera de los otros tres. ¿Será una coincidencia que Quintosa —joven, blanco y bello— era suboficial, mientras que Yuri Gómez era sargento de la PNR, Orosmán Dueñas guardafronteras y Rafael Guevara CVP? Tal vez. Cfr. Ana María Domínguez Cruz: “De la tristeza infinita y el orgullo incólume” (Juventud Rebelde, 16 de febrero de 2022).
[5] Véanse los comentarios de: Joe, Ángel. IleanaQP y Rosa.
[6] https://diariodecuba.com/cuba/1645119522_37570.html.
[7] Ídem.




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Oswaldo Payá

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