En el 93 tenía 11 años. En ese tiempo mi mamá era el sostén de la casa. No le he agradecido lo suficiente a esa mujer divorciada, profesora de matemáticas con un salario de trescientos pesos que fue mi madre en los 90.
Sociedad
Amelia de los Milagros
Los cubanos tenemos la paciencia más grande de este mundo. Llevamos esperando por una vida mejor más de sesenta años.
Hablando de libertad
Cuando uno grita “¡Libertad!” no está pidiéndole a algún tirano que, por favor, le permita ser libre. Está diciendo: “Soy libre y viviré así, aunque usted trate de impedirlo”.
Un relato kafkiano-castrista
Un ciudadano de nombre J. en la Cuba socialista de los años 70 le pide a un agente de la Seguridad del Estado que le permita entrar a través de una puerta que conduce a la ley (qué es la ley, no se sabe).
Carlos Varela: un grito de libertad y una cortina de humo
Si los gritos de “libertad” fueron emocionantes para todos los espectadores que acudieron al concierto del trovador, imaginen si el propio Varela se hubiera tomado 30 segundos para pedir la liberación de los presos políticos.
No me hables del Saratoga, háblame de mi Habana
¡No hablen más del hotel! No hablen del inmueble si de edificios icónicos y destruidos está llena La Habana. No hablen de los servicios que iba a comenzar a brindar, cuando en realidad esos servicios no iban a estar dirigidos al turismo nacional y mucho menos al pueblo.
La última investigación
‘The Last Investigation’ (‘La última investigación’), de Gaeton Fonzi. Un libro que tuve que leer porque es casi una biblia para esos que creen, o necesitan creer, que la muerte de John Fitzgerald Kennedy (JFK) debe ser adjudicada al ‘establishment’ de los Estados Unidos.
1966, fiebre de ajedrez en La Habana
¿A qué se debió el frenesí ajedrecístico en la Cuba de los años 60?
“Éramos niñas sin hogar, sin padres y sin patria”
“El sacrificio de mis padres nos proporcionó a mi hermana y a mí la oportunidad de vivir en total libertad, sin represión y con la posibilidad de alcanzar nuestros sueños”.
Escapa gente tierna…, a la finca del buen vecino
Los sátrapas han inaugurado una temporada teatral que va desde diciembre hasta el sol de hoy, cuya sede son los tribunales provinciales. Teatro del absurdo, con todas las de la ley.