Pucheros

Archivos de deseo de una performer cubana.

Trágica que soy - Martica Minipunto

Trágica que soy

Ahora que ya sé pedalear, puedo escribir de Si esto es una tragedia yo soy una bicicleta, de Legna Rodríguez Iglesias. Cuando veo a mi novia irse en bicicleta y le digo adiós desde el balcón, pienso que Legna ha escrito sobre momentos así: imprecisos, inexactos, rastros que pasarán fácilmente desapercibidos en un país con ulceraciones.

Yo no tengo dólares - Martica Minipunto

Yo no tengo dólares

Si no eres economista, no opines de las medidas económicas. Levanto la mano: ¿Puedo al menos decir que no tengo dólares? No los tengo, baby, no los tuve. ¿Los necesitas? ¿Qué tú crees? A ver, déjame medir mi respuesta. Si no eres objeto de medición, no opines de ninguna medida política, social, cívica, espacial… Es decir, no opines.

La foto del hijo muerto - Martica Minipunto

La foto del hijo muerto

De máquina respiradora a máquina respiradora, una muerte lenta. Nadie sabe por qué se muere el hijo que soy. Que nadie diga nada. Los médicos chocan entre ellos a la hora de decir cuál es el estado del paciente. Lo saben, pero no lo dicen. Tocan mi cabeza, pero no confiesan. De muertes a muertes, lo que aprendí no se lo digo a nadie.

Everglades: la literatura no importa - Martica Minipunto

Everglades: la literatura no importa

Everglades: salvajismo, histerización, excentricidad. Everglades: lo único que me enloqueció durante una cuarentena en La Habana, y que verdaderamente definió mi training de lengua, mis fiebres de hembra. Es una suerte que Everglades todavía sea literatura: la necesaria, la enloquecedora.

Puriales de Caujerí: un tajo de sangre - Martica Minipunto

Puriales de Caujerí: un tajo de sangre

Cuba es una isla hostil para las mujeres, no importa donde una nazca. Como el chicle pegado en la madera, nos metemos en nuestra propia boca y vivimos con el aguante, salivando, soñándonos en tantas vidas que ya no son. Quiero pensar que el espíritu de una mujer nacida en Puriales está entre las mujeres de mi familia, y nos cuida.

Vuelvo a la playa - Martica Minipunto

Vuelvo a la playa

No sé cuándo pueda volver a la playa. La última vez que fuimos a Guanabo, mi mamá se puso un biquini que yo nunca me atrevería a usar. Mi mamá es un personaje obligatorio en esta columna. Se ha especializado en comprender mi realidad. Ella escribe mejor todo esto, metaboliza mejor la mierda que es todo esto.

Chic(a) - Martica Minipunto

Chic(a)

Desde que nací sueño con una revolución chic(a), algo que parece imposible porque han creado la grandeza revolucionaria: big show machista que adopta muchas formas: la marca de un auto, los puños de un tipo, la ley mordaza, el viento agitado de la precariedad y el abuso de poder fálico, que te escupe en la cola: “Ciudadana, no pregunte más”.

Hoy quiero hablar de los pulmones - Martica Minipunto

Hoy quiero hablar de los pulmones

Reclusión necesaria, cuarentena lógica. El método triunfalista del turismo en Cuba. No voy a dilapidar sobre lo obvio: ¿cómo podría paralizarse un país que subsiste como puede? ¿Cómo no entender que hay que cerrar la frontera para que el daño no sea peor?

Harakiri rosa - Martica Minipunto

Harakiri rosa

Me fui a Sakura, la exposición de Rocío García, porque necesitaba un lugar sin hedor. Que mis dadaístas ejercicios me salven este mes de marzo en el que todo huele y se siente tan mal: la censura, la homofobia, el espectáculo, la cárcel.