Rogelio Orizondo

Diario de la miseria (fragmento)

La libertad intelectual depende de cosas materiales.
La poesía depende de la libertad intelectual.
Virginia Woolf

Todos nosotros

Termino la poesía completa de Raymond Carver
Leo los datos biográficos
Tess Gallagher estaba a su lado
Así termina.
Estoy en la terminal provincial de ómnibus nacionales de Santa Clara
Anotado en una lista de espera para ir a La Habana
Tengo el número 45
La lista está en el 28.
Voy a La Habana a varias cosas
Me encontraré con Ernesto 
Un muchacho de 21 años con el que tengo un romance 
Yo tengo 36
Ernesto tiene novio y quizás termine pronto su relación
Es de Pinar.
También voy a cobrar mi salario en el grupo de teatro donde estoy contratado
Me pagan 640 pesos
Normalmente el dinero se cobra en una tarjeta magnética 
Pero ahora hay que ir a cobrar ahí.
640 pesos equivale a 25, 60 cuc
El viaje a La Habana en un taxi me cuesta 15 cuc
Y el pasaje en ómnibus Astro 56 pesos.
Mi tía Mireya está conmigo
Acaba de traerme un refresco en un vaso de cristal 
Y un pan con jamón y queso.
Ella tampoco tiene dinero
Ni mis otras tías.
En general la familia que me queda vive bastante mal
Y todos estamos en un país donde la gente vive bastante mal
Y seguirá viviendo así.
Mi padre y mi madre murieron viviendo así.
Yo escribo
Y soy bueno
He viajado
Tengo una buena carrera como dramaturgo
Me da por pensar que esta realidad puede ser la misma de Julián del Casal 
Y Juana Borrero
Tatuajes que llevo en los brazos.
Aunque a mi edad no he tenido un gran amor
Quizás ninguno.
Quizás a mi edad es que uno entiende 
Qué cosa puede ser el amor
Y su diferencia con el ejercicio físico.
Como ese pájaro que está frente a mí 
Que sí lo hace
Y mira hombres
Hombres que pasan
Hombres que lo puedan mirar.
Él también está en la lista para ir a la capital
Y sus ojos ahora me buscan
Porque yo escribía
Y lo miraba sin compasión.
Esto último es una estupidez
Ahora que piden seis capacidades en la lista de espera
Y los boteros gritan
Dos a La Habana. 


Rogelio Orizondo

El corazón en la boca

Hace tres días que no me baño y mi cabeza apesta
Por eso me puse la gorra para buscar el cigarro.
Es una noche fría
Está lloviendo
Son las 8 y 47 
Y estoy viendo Can You Ever Forgive Me.
Hay un salidero en la llave del fregadero
Porque vino el agua de la calle
Y en cualquier momento se me inunda la cocina. 
Acabo de encontrar en una agenda
Una frase que me gustó 
La escribí fumado en Viena 
A lo largo de dos hojas
Con letra de molde
El viaje hacia la foto 
Es el único relato
Y como no puedo escribir
Construyo este viaje
Con imágenes de mi terrible cara
Quedándose.
Bueno
Ahora puedo escribir
Me quito la gorra
Y enciendo el cigarro. 
 
 
En la mesa donde escribo 
Está Historias de Shakespeare
Poesía completa de Sylvia Plath
Y un libro de poemas de Ingeborg Bachmann
No sé de ningún mundo mejor.
He puesto el cigarro en el cenicero
Parece que pisé alguna mierda de gato
Ahora siento peste.
También hay una moneda con la cara de Martí 
Fue el vuelto.
Tenía un billete con la cara del Che
El cigarro me costó 2 pesos
Y ya se acaba.
Tendré que seguir viendo la película
Pero tengo miedo al desenlace
Tengo miedo escribir sobre El Rey Lear
Del cual hice una nota
Muchacho, vamos a ser actores
Vamos a hablar del amor y del poder
Vamos a sacar el corazón del fondo del hielo
Coge este pico y pica
Dentro están los hijos muertos
Los que no supimos entender 
Cuando nos hablaron del amor que le enseñamos
A lo mejor no supimos enseñarlo
Y lo enseñamos como nos amamos nosotros
Actuando
Hablándolo todo con palabras
Que hacen llorar.
Esta nota
Me resulta patética. 
 
 
Voy a vaciar los calderos en el patio
Y volveré a Can You Ever Forgive Me.
El sonido del agua me aterroriza
No para.

Es mierda de gato. 


Rogelio Orizondo

Una habitación propia

La barbería se llama El Fígaro.
Hay un televisor pantalla plana que pone el hit parade de reguetón 
Para que los mancebos peludos se mantengan entretenidos
Con las historias de amor cantadas por el sexo masculino 
Y el culo de las mujeres meneándose en todo el plano.
Me pregunto qué pensaría Virginia Woolf aquí sentada
En esta sala de una casa convertida en barbería.
Hay una bandera de Canadá y otra de Estados Unidos
Hay dos banderas más del Barça since 1889
Cuando Virginia cumplía 7 años
Y no tenía el apellido de escritora de novelas.
Yo me fumo un Hollywood rojo en la ventana
Los mancebos fuman H.Upmann o Criollo 
Y siempre que llega uno nuevo da la mano y dice qué bolá.
Los pelados valen 20 pesos
Los apurados 50
Y el reservado 30
El Fígaro cierra a las 6 pm porque va al gimnasio 
Tiene una cadena dorada con la imagen de una santa
Y se llama Leonardo
Como mi sobrino que también se pela aquí 
Y como el esposo de Virginia que le dio su apellido de escritora.
En mi burbuja no puedo concentrarme en su consejo escritural.
Imaginarme no solo la relación de un mancebo con otro
Sino pensar su relación con la realidad
Es algo inalcanzable para mí.
Prefiero mirar el techo verde
El pelo de los mancebos que El Fígaro recoge con una escoba
Y echa en un recogedor azul plástico.
Ahora ponen Ese hombre
La versión de la canción de Pimpinela 
Que hacen Los 4 con Los Barraza
A ti no te sale papi
Sabes por qué
Porque no eres de raza.
Me da gracia escuchar esa canción frente al cartel de El Fígaro
Que dice
Se le atiende con la mejor calidad. No fío.
 
 
El mancebo que va delante de mí 
Es el más callado de todos y el que menos pelo tiene.
Con sus chancletas Nike
Y su piercing en la nariz
Mira de una manera temerosa
Con un montón de palabras que no quiere compartir
Que nadie sabrá nunca
Aunque mueva el piel al compás del reguetón
Y mire los videos 
Hay algo amargo en él 
Hay algo oscuro 
La oscuridad de los mancebos que no iluminan 
El adiestramiento 
Ni el comportamiento 
De lo qué es ser un hombre hoy
Con tanto semen en la cabeza.
Lo digo:
No es fácil.
Él usa su móvil y da todo su semen interior a El Fígaro
Que pasa maquinita arriba y abajo
Para permitir con belleza
Que el semen interior
Respire.
Y así El Fígaro nos prepara para estar en talla 
Frente a todos los mancebos peludos
Y los ojos abiertos de la gente
Y los ojos abiertos del dibujo en el banco de madera
Donde los mancebos se sientan a esperar
Que dice
Loneliness is the price of freedom


Rogelio Orizondo

Dios los cría

Él 
Porque no cabe duda de a quién me refiero
Es el tema de conversación.
Hay un gordo que va en el asiento de alante 
Y el padre del gordo era gusano 
Pero se paró frente a Él 
Y se le pararon los pelos 
Y el gordo no entendía y preguntó 
Pero papá tú no eres gusano
Y el padre respondió
Y qué
Se me pararon los pelos.
El gordo estuvo sentado en una silla en el acto en el que se cayó Él
Y cuando pasamos por la Plaza dice
Quieres que te diga dónde se cayó
Ahí en ese quicio
Dicen que estaba medio ciego ya.
La tía del gordo habla de Él 
Que cuando tocó la frente a Ubre Blanca 
Ubre Blanca no se inmutó 
Y que Ubre Blanca no se dejaba tocar por nadie.
Y las mujeres de Él 
Que tenía una en cada provincia 
No las tenía 
Porque se las daban.
Ella dice que está quitada 
Que lo regaló todo
Menos la fe.
Y hablan del silencio
Del silencio que había cuando se murió Él
(y recuerdo qué hice yo cuando se murió Él
aquella noche que fui con Mayuli a casa de Gabriela 
y Mayuli se fajó con Joao 
por las cosas que ambos querían hacer con su vida
y no podían hacer
y las cosas que nos había hecho Él 
a todos
y la foto homenaje que le hicimos en Vapor 69
con el vaso del aniversario del 59
y con el busto del aniversario del 53
y con el superhéroe cubano hecho de goma en la fábrica de muñecos cubanos
y con la bandera cubana hecha en Alemania que usara mi mamá
y con un libro que me llevé de casa de mi tía que decía que la marcha era una
marcha con Él 
y con Jim Morrison no porque tuviera relación con Él
es que Jim Morrison estaba en todo.
nos hicimos la foto un grupo de amigos
que queríamos fumar marihuana 
y no teníamos ninguna tensión.
yo salgo en la foto con un micrófono
porque todo el tiempo que quisimos
usamos el bafle para la música
no hubo silencio
no hubo tristeza.
yo no fui a la Plaza)
 
 
Dicen que en Santiago la calle es de Él 
Y que están tan orgullosos de que la calle exista por Él
Y los lleve directo a la piedra de Él
Sin piedras en el camino para llegar a Él.
El chofer del carro ha escuchado todo y ha reído 
Ha opinado lo que se debe opinar
Ha sabido ser un chofer al que se le paga por un viaje en su carro
Es difícil ser ese chofer
Cuando a veces no se quiere hablar 
O cuando tienes que reír para ser sociable 
Y entonces aprovecha que se habla de Santiago
Y cambia el tema para aclarar lo único que le importa
Ir pronto al Cobre a bendecir mi carro
Ese carro que ahora nos lleva. 
Cuando se baja a comprar agua el gordo dice
De dónde salió este loco 
Y la tía responde
Fue el que Dios nos puso hoy en el camino.
No sé por qué en estas situaciones hago silencio
No pertenezco a esta chusma que habla de Él 
Y hace chistes.
Ni soy de esa clase de pájaro 
Que le gusta hablar con otros pájaros
Y tratar así a un hombre.
Quizás por eso me cuesta trabajo que estén conmigo
Porque a los hombres 
Y a la gente en general 
Le gustan que los pájaros sean así 
Con sentido del humor
Que se metan con ellos
Y que no paren de hablar.
El carro me lleva hasta Jagüey 
Pero pago lo mismo que el pasaje a La Habana.
El pasaje me cuesta 375 pesos en moneda nacional.
Rocío me mandó un giro de 500 pesos 
Y de Jagüey a Matanzas me cuesta 50 pesos
Voy a estrenar con ella y su familia
Notas de Lear
 
 
Hay otro pájaro en el carro
Que es el novio del gordo que lo vio caer a Él.
Cuando me monté 
Y escuchó mi tono de voz 
Dijo al chofer
Ese fragmento del refrán 
Que le da título a este poema. 

Rogelio Orizondo




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