La Bienal de La Habana es una mierda transparente

De la Bienal de La Habana no hay mucho más que decir de manera seria sobre lo que es. Creo que ya a estas alturas se sabe lo que ha sido y el papel fundamental que ha jugado a lo largo de la historia reciente de nuestro país. Digo de la historia de nuestro país porque quiero enfatizar que no solo ha sido fundamental para la historia del arte, sino que lo ha sido para la historia toda. 

En Cuba fueron los artistas precisamente los que destaparon la caja de pandora del totalitarismo comunista. En un momento como este, todos los artistas cubanos deberían saber que su participación en este evento en 2021 es un hecho que va a marcar un para siempre en sus carreras, más allá de que tengan el alma o la gandinga podrida, o por sus cómplices posturas silentes frente a una dictadura que encarcela a sus colegas. 

Ya el tema no se trata sobre lo lindo que ha sido tener una Bienal donde exponer tu trabajo artístico pa’ vender y hacer money o pa’ darte a conocer, o de qué artista es incómodo o no, o de quién está con el sistema o no, o quién se va a coger la bienal pa’ él o ella o no. 

Todo el mundo sabe que ya la Bienal, y esto es tremenda pena, es una morronga frita. Una morronga frita que lo que intenta es legitimar una morronga frita mayor. 

Digamos que la Bienal es una pequeña maqueta a escala de la verdadera morronga frita, que es la Reinvolución cubana. Tú, como artista, si participas en esta cochiná’, en un momento como este, lo que vas a hacer es tirarte un cubo de mierda arriba, como lo han hecho una lista de oportunistas en momentos anteriores. ¿No dicen que: “todo momento pasado ha sido mejor”? Pues quizás hay razón en esta idea. Nunca un cubo de mierda ha sido tan grande como el que ahora pende sobre los artistas de la Isla. Es una mierda condimentada con toda la represión que han sufrido los artistas en Cuba. Desde Denis Solís, Luis Manuel, Maykel, Hamlet, Katherine, Camila, Tania y un largo etcétera. Es una mierda cocinada con el fuego de los disparos del 11 de julio, con el fuego del disparo que mató a Diubis Laurencio Tejeda en La Güinera. Es una mierda mezclada con sangre. 

Ya la Bienal hace rato que cumplió su cometido. Ya se murió. Rectifico, no se murió, la mataron. Ya en el espacio de La Bienal, Tania hizo su maravilloso performance “El susurro de Tatlin”. Ya fueron ganando terreno las propuestas independientes y, dentro de ellas, lo más interesante y verdaderamente vivo del panorama artístico nacional, por eso la secuestraron. Porque si el bate, la pelota y los guantes con los que juega el pueblo son de Fidel Castro, es para que el juego que se vaya a jugar lo gane siempre él. Por eso recogieron la Bienal como si se tratara de un juego de yaquis. 

Ahora la utilizan como teatro de marionetas que intenta desviar la atención y calmar a las y los niños mongos de la izquierda internacional en medio de la crisis en la que se hunden. Están chapoteando en la mierda. Son como el barco grande que hace aguas, pero en vez de agua este hace mierda y antes de terminar de sumergirse para siempre succiona todo lo que esté cerca. 

La pregunta ahora es: ¿El “vaso medio lleno” del enano verde estaba medio lleno de qué? 

Eso ya todo el mundo sabe que no era agua, era mierda transparente. Uno puede ver a través de esa mierda los privilegios comprados lamiendo botas militares. 




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#NoalaBienaldeLaHabana

Heidi Hassan

Celebrar una bienal de arte organizada por un Ministerio de Cultura que es cómplice del miedo y la represión es una gran pantomima.





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