Alberto García Scull: Nos acusan de ultraje porque dicen que bailamos con el Himno Nacional

Las protestas antigubernamentales que comenzaron en la mañana del 11 de julio en el pueblo de San Antonio de Los Baños, en Cuba, se extendieron rápidamente, registrándose manifestaciones en más de cincuenta ciudades y localidades del país. Mayabeque, aunque es una de las provincias menos populosas, proporcionalmente, es donde más protestas y detenciones se han registrado hasta el momento.[1]

En el pueblo de San Nicolás de Bari, Alberto García Scull, artista independiente de 34 años, participó como espectador en la protesta del 11 de julio. Fue detenido el día 13; permaneció quince días en el centro de reclusión conocido como “la prisión del SIDA”, en San José de Las Lajas —habilitado especialmente para los manifestantes—, y liberado bajo fianza hasta la celebración del juicio. Debido a la negativa de los jueces, el proceso, programado para el 5 de noviembre en el Tribunal Municipal de San Nicolás, fue pospuesto y trasladado al Tribunal Municipal de San José de las Lajas para el 17 de diciembre. Más de un mes después, no se ha publicado la sentencia

El fiscal provincial Osmany Hoyos Pavón pidió para Alberto una sanción conjunta de siete años por los delitos de desórdenes públicos, desacato y ultraje a los símbolos de la patria. Junto a él esperan sentencia Yerandis Reyes Escobar, Leonardo Alfonso Sánchez, Odelys Barceló Serrano y William Valera Suárez.

Alberto es de los pocos represaliados que han esperado su juicio en libertad y se han mantenido denunciando a pesar de las presiones constantes por agentes del Ministerio del Interior. En su canal de YouTube ViralComicE87 ha documentado este proceso.



Manifestantes llegan al parque viejo de San Nicolás de Bari, Mayabeque (11/07/2021).


¿Por qué participaste? 

Estuve como algo casual. Yo realmente salí de mi casa a buscar un medicamento y me choqué con que en la calle principal del municipio se estaban aglomerando las personas. Ya había visto en Internet que en varias provincias del país la gente estaba protestando por la situación actual. En el parque se habían empezado a aglomerar las personas y, después, de ahí, salió una Brigada de Respuesta del Gobierno. 

Yo estuve allí un rato, quizá una hora, con dos personas que salieron conmigo a buscar los medicamentos. Hubo momentos en que tuve que sentarme en el parque porque tenía un grano en el pie con una infección bastante grande y no podía estar parado todo el tiempo. Pero las partes más fuertes pude más o menos documentarlas. 

Personalmente, no estuve gritando nada. Más bien, como soy realizador de video, estuve haciendo algunas grabaciones; por eso me encontré en algunos momentos cerca de la parte delantera del grupo. De hecho, por eso es que me acusan de ser organizador. Pero más bien lo que hice fue grabar con mi teléfono. Las consignas que gritaba la gente eran: “queremos medicinas”, “libertad”, “patria y vida”. Igual, yo no estuve todo el tiempo; hubo un momento en que la gente se trasladó a otro lugar.

Realmente no recuerdo si ya Díaz-Canel había dado la orden de combate. Creo que sí, porque aquí, en el municipio, quitaron la electricidad y la conexión. Después de esa orden quedé muy decepcionado porque uno, como ciudadano, al menos tiene confianza en el sistema legal del país y en la Constitución, y cree que esas cosas se van a respetar. Si la gente salió a la calle, se suponía que era porque tenían algún problema, alguna inquietud. 

El Gobierno debía haber respondido a los problemas que tenía la sociedad porque para eso es que uno tiene un gobierno. Un gobierno está para cuidar a la sociedad para la que trabaja, al pueblo para el que trabaja; no para reprimirlo ni para dar esas órdenes. Además, sigue dando comunicados en los que está diciendo mentiras, porque dice que no hay presos políticos cuando aquí hay cientos, posiblemente miles, de presos políticos; y más ahora, después de esta situación del día 11.

No estoy de acuerdo con muchas personas que cometieron actos vandálicos. No apoyo eso para nada porque no apoyo la violencia. Pero ellos incitaban a esa violencia y provocaban. Aquí mismo, en San Nicolás, no fue que los manifestantes fueron violentos ni provocaron a nadie; al contrario, ellos fueron los que provocaron y los que agredieron. 

Y eso te decepciona, porque hay un problema social por el cual las personas están manifestándose y tomando una decisión que en más de sesenta años no habían tomado. Entonces, se supone que tu Gobierno debe escuchar a las personas y tomar medidas para que haya realmente un cambio, que es lo que el país necesita.

En el expediente de investigación dice que la concentración de personas comenzó frente a la sede municipal del Partido Comunista y alcanzó entre 200 y 300 personas, que en horas avanzadas de la tarde se retiraron de manera voluntaria. ¿Por qué crees que te detienen y llevan a juicio a ustedes cinco, y no a otras personas que participaron? 

En San Nicolás las personas no se concentraron frente a la sede del Partido Comunista. Sí se concentraron en la zona del parque, pasaron por el frente de la unidad policial hasta la zona del parque viejo; ya en esa parte yo no estuve. Se concentraron también frente al Poder Popular; ahí estuve si acaso cinco minutos, porque era cuando la gente viraba del parque viejo. Yo iba camino a otro lugar a buscar el medicamento, por eso no estuve. Me tuve que detener en casa de un amigo mío más de media hora porque la pierna me dolía mucho.

Ahí realmente no hubo ni doscientas ni trescientas personas; hubo aproximadamente mil o más de mil personas. La gente se retiró del lugar en el horario de la tarde. Yo me fui mucho antes de que se fuera todo el mundo.

Yo soy una persona que le caigo mal al personal de la policía de San Nicolás. No soy una persona para nada de problemas; me dedico al arte. Ni siquiera consumo bebidas, ni ron, ni refresco; tomo más bien bebidas y alimentos naturales. 

En el año 2020 una persona me estaba amenazando, al punto de enviarme un mensaje de amenaza de muerte a mi teléfono; nuestra amistad terminó producto de eso. En una ocasión tuvimos una discusión y me volvió a amenazar de muerte. Le hago una denuncia y la policía no responde. Ese día, cuando viro del terreno de pelota donde hacíamos ejercicios, esa persona me da una puñalada por la espalda. No fallecí de milagro.

Después de la puñalada, voy al policlínico y esta persona entra a mi casa con dos cuchillos, donde había dos amistades mías. De hecho, la cámara de la casa lo grabó. Llamaron a la policía y tampoco hizo caso. El día que yo hice la denuncia ellos no tomaron medidas, no hicieron una investigación, nada, ni aun presentándole las pruebas.

En otra ocasión, esa persona le da una pedrada a mi novia y hago la denuncia; la policía tampoco respondió. Entonces, hice una denuncia en Atención a la ciudadanía al personal de la unidad policial sobre todo lo que estaba pasando. Ellos me mandaron una carta en la que no me dan respuesta; después mandaron a una oficial del municipio de San José a responder a mi denuncia y me dijeron que había demorado mucho en hacer la queja. Al final no me dieron respuesta, no tomaron una medida con lo que había pasado; yo tenía pruebas de que ellos no habían hecho su trabajo bien.

Pero el problema de la policía conmigo viene de años antes. Yo soy editor, trabajo con computadoras. En una ocasión, la policía quería quitarme mis computadoras sin orden de registro ni nada, lo cual también les cuestioné. 

Le roban unas cabillas a mi mama y hacemos la denuncia. La misma jefa de la policía le dijo a mi mamá que ella no podía hacer denuncias. 

Yo le caigo mal al personal de la policía porque les he dicho la verdad en la cara con argumentos, que están haciendo mal su trabajo y que ellos son agentes que están para establecer el orden, no para alterarlo. Por eso es por lo que yo creo que a mí me llevan preso; no por mi actitud en esa manifestación. Porque allí hubo personas que se manifestaron de otras maneras mucho más visibles que yo y que muchos de los que estábamos detenidos, y ni siquiera les metieron una multa.



Cuba-They try to assassinate him and the police did nothing.


¿Te revisaron el móvil en algún momento?

No me lo revisaron porque yo grabé el momento en que vinieron a detenerme y le di el teléfono a un amigo para que se lo llevara. No iba a ir a la unidad con el teléfono, sé de lo que ellos son capaces. Por las revisiones que hice, mi línea no está pinchada; aunque igual no hablo nada ni por el celular ni por el teléfono fijo. Antes de todo esto nunca he confiado en el servicio de telefonía de Cuba.

¿Cómo fue tu detención? ¿En qué centros de reclusión estuviste y por cuánto tiempo?

La policía vino a mi casa dos días después de la manifestación, el día 13. Estaba la reja puesta porque la persona que me dio la puñalada todavía estaba suelta. Yo cogí mi teléfono y empecé a grabar, les pregunté si tenían orden de detención; ellos me dijeron que no, que solo era para ir a la unidad policial a hacerme unas preguntas y que allí me explicaban. Les dije que, si no venían con una orden de detención o con una citación oficial, yo no iba a ir porque estaba en todo mi derecho. Ahí mi mamá fue la que me dijo que saliera. Yo tengo todo eso documentado. 

Vinieron como cinco o seis policías en un carro a buscarme, a mí, que nunca he tenido problema con la justicia. Me montaron, salieron a toda velocidad y me entraron por la parte de atrás de la policía, por un portón. Era un sistema que estaba programado. Llegando allí, ellos pitaron; una persona abrió la puerta rápido y el carro entró a toda velocidad. Cuando me bajé allí, me esposaron por la espalda, por la fuerza, y me montaron en un camión. De ahí me trasladaron a la prisión de San José, que le dicen la prisión del SIDA.



La “Unidad Especial SIDA”, ubicada en la carretera Managuaco, kilómetro 1½, del municipio San José de las Lajas, es un establecimiento penal, construido a principios de los años 2000, con capacidad para 250 reclusos que viven con VIH/SIDA. A lo largo de los años los internos han denunciado a la prensa independiente condiciones de insalubridad, falta de atención médica y corrupción, que han tenido como consecuencia el fallecimiento de varios reclusos. En 2017 un visitante logró filmar el interior de la institución, teniendo este video un carácter excepcional, en un país donde la prensa extranjera solamente ha podido ingresar a un par de prisiones, señaladas por las propias autoridades cubanas, en tres ocasiones en los últimos treinta años. Tampoco hay cifras oficiales del total de centros penitenciarios en el país.



¿En qué condiciones estaba la llamada “prisión del SIDA”? ¿Cuántos manifestantes del 11J estaban ahí?

En la prisión del SIDA estuve quince días detenido. A mi familia nunca le dijeron dónde yo estaba. Iban, preguntaban todos los días y nunca le dijeron. Sé que es en San José y está cerca de un campo de tiros. Esa antes era la prisión donde estaban los enfermos del SIDA, pero estaba deshabilitada. La habilitaron específicamente para meter a los manifestantes del 11 de julio.

Al llegar ahí el trato fue muy hostil. Nos daban golpes haciendo los interrogatorios, nos ponían contra la pared, nos desnudaban. Si alguna persona despegaba la cabeza de la pared, te metían la cabeza contra la pared. A muchas personas les dieron golpizas muy fuertes. 

De hecho, vi a un muchacho que, después, cuando estábamos en la celda, se quedó en calzoncillos y dijo que estaba plantado; lo metieron para un cuarto que había entre el pasillo que daba de unas celdas a las otras y ahí le dieron una metida de golpes tan grande que se oía afuera. Le decían que si no se ponía la ropa, ellos se la iban a poner. Cuando lo sacaron, se le veían los moretones y los golpes. ¡Y lo sacaron con la ropa puesta! 

Yo no vi toda la estructura porque a nosotros nos ponían contra la pared; después nos llevaron directo de los interrogatorios a las barracas. Los barracones eran como celdas de veinte personas llenas de literas, en el medio había un comedor y enfrente había celdas; paralelo a eso había una estructura igual. En la que yo estaba había veinte personas, en la de al frente también y al lado había dos iguales. En el lugar donde yo estaba había cuatro [celdas]; pero había más personas en otros lugares, lo que nosotros ni siquiera los vimos. Cuando te sacaban, era para interrogarte. Suponiendo, eran ochenta personas, pero todo el tiempo estaban trayendo personal nuevo. Había personas que llegaban, a los días las liberaban y traían personas nuevas. Preguntaban cuántas camas había vacías y llenaban. Y así, sacaban gente que les daban libertad con fianza y volvían a meter.

Tenía entendido que había celdas para una persona sola, porque ahí había un muchacho que tenía un amigo que era opositor; él dijo que ese amigo pidió que lo pusieran en una celda sola. Pero yo nunca las vi. El comedor quedaba entre los cubículos donde estábamos nosotros. Solamente salíamos a comer y a un patiecito que quedaba entre las dos estructuras.

Ahí las condiciones eran insalubres. De hecho, nosotros tuvimos que pedir utensilios para limpiar porque aquello estaba en un estado deplorable. Había una taza que no era una taza: es un hueco en el piso con una cosa que va enterrada. Había uno que funcionaba; el otro estaba tupido, al punto que después empezaron a salir gusanos que caminaban por la pared. Nos pusimos de acuerdo para no utilizarlo y entonces recogimos todo, limpiamos todo aquello ahí. Pedimos que nos trajeran un saco para recoger todos los papeles que había botados, porque ahí nadie iba a limpiar nada. Nosotros éramos quienes manteníamos la limpieza. 

Había una ducha. No había agua constantemente; era cuando la ponían o nosotros teníamos que pedir que la pusieran. Era un tanque y nos la ponían a veces para podernos bañar.

¿Alguien se enfermó durante el tiempo que estuvieron ahí? 

Sí, ahí había gente que se enfermó; había personas que también ya venían con sus enfermedades. A las personas que tenían problema en la presión, que eran epilépticas, les traían sus medicamentos. A todos les tomaron historial clínico y las personas indicaron las patologías; a todas las trataron médicamente. Todos los días venía el enfermero y se preocupaba por eso, les traía los medicamentos que llevaban diario. En ese aspecto, lo que fue medicamento y alimentación, no hubo fallo nunca. Siempre les dieron la alimentación a las personas, las meriendas, los desayunos y el medicamento. 

Yo no tenía ninguna enfermedad; solo el grano en el pie. Pero después de lo que vi, cómo nos trataron ahí, yo ni siquiera quería tomar nada porque podía esperar cualquier cosa. Realmente ni siquiera pedí ningún medicamento.

¿Cómo trataron a los otros manifestantes que fueron detenidos contigo? Leonardo Alfonso Sánchez, por ejemplo, tiene 62 años.

En el caso de las demás personas que estaban conmigo allí: no trataron bien a nadie.[2] Quizás fueron más flexibles con algunos; no puedo decirte de todo el mundo. Cuando nos entraron, nos dieron el mismo trato a todos; ahí nos separaban y nos interrogaban por separado. Había varias habitaciones y en todas había un instructor. En los interrogatorios también daban golpes. Hubo un amigo mío al que le partieron la ceja, a William Valera. El trato no fue bueno para nadie. Hubo personas que hasta los desmayaron a golpes.

También había mujeres. Nosotros no las veíamos; pero por lo que he oído, era el mismo trato.

A mí el instructor me puso cosas que no hice y no le firmé el documento. Entonces mandó a buscar a un guardia para que firmara que yo sí había dicho eso; que el pueblo tiró piedras, “tú gritaste”, “a ustedes les pagaron” y “son unos malagradecidos”. A mí nadie me pagó. Yo estuve allí ocasionalmente, como muchos; hubo muchas personas que fueron por curiosidad, a ver lo que pasaba. 



Cuba violates human rights, imprisons, tortures, and lies in unfair trials.


En el expediente te describen de esta manera: “Ha sido advertido y profiláctico por las autoridades en varias ocasiones por alteración del orden, mantiene malas relaciones con sus vecinos y familiares, no participa en las actividades convocadas por las organizaciones políticas y de masas, se reúne con personas de mala conducta social y no se desempeña en ninguna actividad socialmente útil”. ¿Cómo fue el proceso de investigación?

Aquí a mi barrio nunca vino nadie a investigar nada. O sea, que parte del proceso estuvo mal y fue mentira; así lo hicieron con otras personas. A nosotros, en una ocasión, el instructor nos entrevistó en la prisión; en otra, estando ya aquí, en la unidad policial en San Nicolás. Ese proceso investigativo es lo más falso que he visto: “tenemos que ponerle esto y se lo vamos a poner para que cumplan por esto”. Y todo es una mentira, sin hacer un proceso de investigación, sin hacer un trabajo, sin hacer justicia

En mi caso, me ponen una serie de cargos falsos y cosas que ni siquiera ellos probaron; pero aun así en el juicio las mencionaron; como que yo era un ejemplo del Movimiento San Isidro, cuando nunca he pertenecido a ningún movimiento, ni siquiera artístico. Yo sigo lo que creo que está bien en su momento, pero no me gusta hacerme perteneciente de ninguna corriente, ni de ningún tipo de actividad que ejecute un cierto grupo de personas, porque generalmente las personas responden a sus intereses. 

Yo soy artista. Desde los 10 años empecé a hacer escultura en la escuela. Después estudié artesanía, dejé la escuela faltándome dos semanas para graduarme y no terminé, pero seguí integrado a eventos de arte, de performance, y a eventos artísticos por todo el país; hasta la actualidad, que todavía hago esculturas y me dedico a la edición de video. También estudié música, solfeo, varias cosas de arte. Siempre he estado dentro del mundo del arte.

Aquí las actividades que ellos convocan no sé cuáles son, porque por el CDR no convocan a ninguna. Además, según la Constitución, yo estoy en mi derecho de participar o no. Yo no me entero de actividades; pero antes, cuando estaba más en lo del arte, participaba en galas que se hacían aquí. O sea, soy una persona que socialmente me integro a lo que me gusta. Yo no mantengo malas relaciones con mis vecinos ni con mi familia. Es una mentira. 

En ese documento dicen que nosotros éramos desvinculados, cuando yo soy cuentapropista y los demás son trabajadores del Gobierno o cuentapropistas también; ninguno era desvinculado. Nos ponen que tenemos una mala actitud ante la sociedad y eso es mentira. Yo soy una persona que ni siquiera salgo de mi casa, no me junto con gente de mala conducta; al contrario, no soy de andar en juntera, ni de andar hablando en la casa de nadie. También se refieren a cosas absurdas, como “personas que beben”, que no es mi caso; cada cual es libre de beber si quiere y porque tú bebas no eres una mala persona.

Cuando a mí me entregan ese documento, quedé muy sorprendido y me molesté. De hecho, cuando me interrogaron antes de 15 de noviembre por lo de las manifestaciones que decían que iba a haber, les cuestioné a los oficiales de la Seguridad que me investigaron por qué en ese documento ponían tantas cosas que no eran reales. Ellos dijeron que iban a ver a mi abogado para volver a ver esas cosas y al final no hicieron nada. 

Yo le pregunté a mi delegada si habían venido a hacer una averiguación sobre mí aquí, porque realmente la valoración que estaban dando no era correcta, y me dijo que no, que nadie había venido a preguntar. Entonces le pregunté si ella podía ir a declarar a mi favor en mi juicio. Me dijo que no, que su posición política no le permitía declarar. El abogado me dijo que eso era mentira, que ella sí podía declarar porque es una ciudadana de este país, que estaba en su derecho, y más a mi favor por el puesto que tiene de delegada del barrio. A la presidenta también le pregunté y sí estuvo dispuesta a declarar. Después no pudo ir al juicio por una reunión; de hecho, me hizo hasta una carta. La delegada me dijo que ni una carta me podía hacer, porque si ella me hacía una no me le iban a poner el cuño. O sea, al parecer era una orden de que no nos apoyaran.

Sobre lo que dicen acerca de que yo he sido advertido y profiláctico en varias ocasiones: a mí me ponen alteración del público por unas multas que me pusieron, de dos mil y de tres mil pesos, unas inspectoras que vinieron por, supuestamente, estar haciendo una actividad ilegal. Cuando ellas vinieron por la mañana yo ni siquiera estaba trabajando; ellas estaban empeñadas en meterme la multa. La otra ocasión es cuando hago la denuncia de la puñalada. Esa multa me la ponen tres meses después del proceso investigativo sobre la puñalada que me dieron. De hecho, yo soy la víctima; no sé por qué me la pusieron. 

El expediente refiere que Yerandis Reyes Escobar “se dirigió a la Miembro del Buró Municipal del Partido Comunista del territorio Yamirka Dasmuris Rivero y al estar cerca de la jefa de la PNR del municipio, la My. Zaida Martínez Otaño, le dijo, que era la primera corrupta y descarada, en franco ataque a la integridad moral de esta combatiente”.

Yerandis es el otro muchacho que está detenido. Le hicieron el juicio junto con nosotros; pero cuando estuvimos detenidos, a él lo dejaron porque tenía una causa pendiente. Fue por la denuncia que le hizo a la policía porque a él lo detuvieron en la unidad y lo torturaron; por eso también la unidad policial de aquí toma rencilla contra él. Es algo ya bastante típico en San Nicolás. Aquí le han hecho muchas denuncias a la unidad de policía y nunca han tomado medidas.

El hijo de la exjefa de la policía le cayó a golpes a una mujer, detrás de mi casa, que actualmente tiene el brazo lisiado, y la policía no tomó medidas con él. Aquí viene ocurriendo una serie de hechos que son tremenda falta de respeto al pueblo y a la sociedad, por parte de personal de la unidad de policía, y no toman ningún tipo de medida ni hacen nada. Hay un nivel de corrupción ahí supergrande.

¿Qué no cuenta el expediente sobre la manifestación? ¿Por qué los acusan de ultraje a los símbolos de la patria? 

En el expediente mismo, y en el juicio, ni siquiera se mencionó que hubo actitudes violentas en la manifestación. Y estas actitudes violentas vinieron por parte de directivos del municipio, por parte de delegados. 

En ese documento, por lo que nos acusan de ultraje a los símbolos patrios, dice que nosotros bailamos casino con el Himno Nacional. O sea, varios de los que estábamos acusados. Yo ni siquiera sé bailar casino; además, tenía un grano en mi pierna. No bailé ni me junté con nadie de los que estaban allí porque estaba de paso con dos amistades mías. 

Ellos ponen que nosotros teníamos una posición de liderazgo, cuando allí nadie lideró nada porque todo el mundo fue llegando espontáneamente y el que quiso decir algo, lo dijo porque quiso, no porque estaba liderando nada. Había muchas personas que tenían sus problemas y sus razones para manifestarse allí. A mí no me vieron ni siquiera gritando nada, porque yo solamente estaba con mi teléfono. 

En ese documento pusieron una serie de mentiras descomunal, da risa. Realmente es algo burlesco lo que hicieron ahí.

¿Por qué fue pospuesto el juicio? 

Estaba propuesto para el 5 de noviembre en el municipio mío, aquí en San Nicolás de Bari. Fue pospuesto porque la jueza y parte de los jueces legos y personal del tribunal se negaron a realizar ese juicio porque saben que aquí en San Nicolás no pasó nada y que es una injusticia lo que se está cometiendo. Y como el personal de ese tribunal se negó a hacer ese juicio, entonces ellos cambian la fecha y nos trasladan al municipio de San José.

¿Cómo transcurrió finalmente? ¿Quiénes fueron los testigos? 

El juicio fue una total farsa, algo que estaba totalmente cuadrado. De hecho, cuando nosotros llegamos al tribunal, los testigos que estaban en nuestra contra los entraron, como para prepararlos en las mentiras que iban a decir. Eso normalmente no se hace; yo he estado de testigo en dos juicios anteriores y los testigos de ambas partes se quedan afuera. Ninguno entra al tribunal antes de empezar el juicio, ni los preparan, cada cual entra cuando le toca testificar. 

En nuestra contra fue la testigo Yamirka Dasmuris Rivero, que de hecho fue una de las personas que participó en los actos violentos contra los manifestantes; Enel Alonso Sardiñas; Yaima Lezcano Barbán, que es algo contradictorio, porque ella estuvo detenida con nosotros y, al parecer, le cambiaron su libertad por testificar contra nosotros; Alexander Guinarte, que es un jefe de Sector de la PNR; Yolexi Jiménez Bacallao, que es otro jefe de Sector también; y Wilfredo Ávila Toledo, que es el instructor penal que hizo toda la investigación falsa. 

Por lo menos en mi juicio sí te permitían llevar testigos a favor. Hubo otras personas que no llevaron, yo llevé cinco. Fueron varias amistades mías, que muchas estuvieron presentes en la manifestación.

Lo que parece increíble es que esa muchacha, Yamirka Dasmuris, que iba en contra de nosotros y que fue una de las que estuvo presente en los actos violentos, por parte de directivos del municipio de San Nicolás, no mencionó eso para nada. Hubo una muchacha que le dieron golpes y ella fue una de las personas que estuvo ahí. Además, esos actos violentos pasaron delante del mismo personal de la policía que tenía un cordón policial y tampoco los dos policías que estuvieron ahí de testigos en nuestra contra mencionaron nada de aquello. 

Yo sí se lo mencione a los jueces, que habían pasado esas cosas y que yo tenía cómo probarlo. También les dije en el juicio que nos habían dado golpes cuando nos tuvieron detenidos. Ellos te dicen que tienes que hacer una denuncia no sé dónde, para que entonces se tomen medidas, que al final si lo haces no va a pasar nada con eso. 

Ellos todo el tiempo dijeron cosas que nosotros no hicimos. Todo el juicio fue una mentira. 

El abogado hizo una defensa genial, yo estoy muy satisfecho; sobresalió por encima de la fiscalía en todo. 

En el juicio nos quitaron lo de ultraje a los símbolos patrios. Parece que no cuadraron con los testigos en contra para que nos dijeran eso también, que era mentira. Por eso nos quitaron un año, a mí me pedían siete años, ahora me piden seis. 

Quizás apele. Tengo que esperar a ver qué es lo que me dice la sentencia. Justicia no espero porque, si hubiera justicia, yo no estaría en este proceso penal porque no he cometido ningún delito; menos delito si fuéramos a lo que dicen las leyes y la Constitución, y se cumpliera. Ni siquiera me hubieran buscado para nada, porque, según las leyes, es legal manifestarse pacíficamente. Según las leyes, puedes tener una opinión contraria al Gobierno.



Funcionarios del gobierno agreden a manifestantes, San Nicolás de Bari, Mayabeque (11/07/2021).


¿Consideraste participar en la Marcha Cívica por el Cambio convocada para el 15N?

Eso, en mi municipio, nunca iba a pasar. De hecho, fue bastante raro que hubiera una manifestación aquí en San Nicolás. Y, después de que la gente vio lo que nos pasó, que nos detuvieron, que nos dieron golpes, nadie iba a salir el día 15. Es bastante complicado porque uno sí quiere la libertad, pero hay mucha gente que tiene miedo.

Sinceramente, ya después de que te paras en un parque y te piden siete años por no hacer nada, y violan todos tus derechos humanos, te dan golpes, te tratan de manera violenta, sabes por lo que tu familia pasó, sí, puedo condenarlo, pero no pienso hacerlo. Sientes que no vale la pena. Después de que estás en esta situación, tanta gente de la que quizás esperabas apoyo no te lo da, te sientes decepcionado. Además, ya sabía que tenía una condena. Si yo hubiera salido el día 15, lo que me hubieran hecho hubiera sido peor; ya no me hubieran pedido siete años por no hacer nada, me hubieran pedido veinte o treinta.


© Imagen de portada: William Valera Suárez, Alberto García Scull y Leonardo Alfonso Sánchez.




Notas:
[1] Proyecto Inventario ha documentado en el mapa colaborativo Manifestaciones del 11J protestas en nueve localidades de la provincia. Según los datos más actualizados del grupo de trabajo Justicia 11J sobre detenciones por motivos políticos, en colaboración con la ONG Cubalex, en la provincia de Mayabeque fueron detenidas 110 personas, de un total de 1 381 detenciones registradas hasta ahora en todo el país, para casi 8%. La edición de 2021 del Anuario de Estadísticas estima la población residente en Mayabeque en 384 389 personas, lo cual representa 3,4% de la población del país (11 181 895 habitantes).
[2] Abel LescayMailene Noguera, los hermanos Nadir y Jorge Martín Perdomo, las hermanas María Cristina y Angélica Garrido, son algunos de los manifestantes detenidos en diferentes localidades de Mayabeque que han denunciado por diferentes vías los tratos crueles y degradantes que sufrieron en la llamada “prisión del SIDA”.




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