ZorphDark más allá del ciberespacio

La isla del tiempo es un libro sui géneris. No es para lectores comunes, ni siquiera es un libro para iniciados en el fantástico o la ciencia ficción. Porque La isla del tiempo no es realmente un libro. Es más como una especie de falacia. Un pobre intento de llevar al papel y la tinta una obsesión nacida en el universo digital de la blogosfera. 

El lector tradicional verá un libro con una portada y páginas impresas dentro, firmado por un autor del mundo real cuyo nombre es Alejandro Cuba, nacido en La Habana en el año tal (solo si la trascendencia funciona algún otro lector tradicional, en el futuro, podrá leer un año de muerte en su enésima reimpresión). Pero todas esas cosas son meras ilusiones. Fantasías producto de una burda conversión al papel. Porque el espíritu de este libro se encuentra en un blog aparecido a finales de la primera década del siglo. 

ZorphDark fue el verdadero artífice de todo. Gurú de Internet o inteligencia artificial del futuro que decidió publicar sus posts en el pasado remoto de Internet. Él fue el artífice de la magia digital que llenó la Internet cubana en una época previa a las redes sociales, la posverdad y la sobreinformación pandémica de estos tiempos. 

De cualquier manera, el Alejandro Cuba que firma el libro impreso no es más que uno de los muchos avatares de ZorphDark. Uno que luce como un humano, que tiene pasaporte y número social. Y como todo avatar, tiene un propósito. Hacernos creer que ZorphDark es un alias, una invención…, que no existe. Pero para aquellos que seguimos sus posts, sí que era real. Era un poeta milenario de la autopista de la información, un dios del ciberespacio, un samurái cyberpunk que escribía haikus en modo texto desde su futuro distópico. 

Y lo más importante, estaba tan atrapado como nosotros en la Isla. Así, con mayúscula, la Isla. Nuestra Isla. La Cuba que odiamos de tanto amarla y que terminamos amando de tanto odiarla. La isla atrapada en la red del ciberespacio, el espacio aislado en el Mar de Dirac. 

El libro se divide en varios tópicos que apenas podríamos llamar capítulos. “Posteriores a esta década”, “De la isla”, “En el eje /Z”, “Autoestereoscópicas”, “Desde el más acá” y “Dios, que en paz descanses”. Puede leerse por capítulos, como si se tratara de una antología de relatos, de principio a fin (a lo bestia), o recurriendo al índice semántico hipertextual y buscar los posts relativos a ciertas ideas o palabras (en una lectura cortazariana macho). 

Confieso que mi sistema favorito fue leerlo como si se tratara de un libro de poesía. Más que poesía, haikus. Haikus de 140 caracteres, pero con más profundidad que un Twitter. Un libro con sentencias tecnológicas que bien pueden ser producto de la realidad cubana de cierto tiempo pero que también pueden ser resultado de una distopía cyberpunkfuturista. A fin de cuentas, hablamos de Cuba, cualquier cosa puede ser.

El libro se puede leer de mil maneras, pero el complemento perfecto está dentro de la red de redes, la red global, nuestra Internet. 

El autor asegura que el blog original (http://www.zorphdark.com) sirve de apoyo a la lectura. Discrepo. Considero que el libro La isla del tiempo es un complemento ideal para la lectura del blog. Literatura, poesía y arte que existen allá dentro, en formato digital, en nuestro mar de sílice. El ciberespacio.




Vacaciones sin hotel

Vacaciones sin hotel

Hernán Vera Álvarez

‘Vacaciones sin hotel: Antología de autores del sur de la Florida’ (Ediciones Aguamiel) recoge textos de veintiséis narradores que han sido parte del taller de escritura creativa dictado por Hernán Vera Álvarez en Miami.





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