Es inútil pedir cambios al Decreto 373 mientras no cambie el gobierno actual. Yo no puedo coger una pistola y matar a Díaz-Canel, a Ramiro Valdés, a Raúl Castro, o a López-Callejas, porque no soy ni héroe ni asesino ni kamikaze. Pero en la pantalla cobran vida mis demonios, y ahí sí puedo hacer cualquier cosa…