Si los gritos de “libertad” fueron emocionantes para todos los espectadores que acudieron al concierto del trovador, imaginen si el propio Varela se hubiera tomado 30 segundos para pedir la liberación de los presos políticos.
Ariel Maceo Téllez
“Papa, estas pálido”, me volvió a decir. Entonces fue cuando reaccione. Revisé el bolso y me puse un pulóver seco. Todos bajamos de la grada y nos acomodamos en los bancos que tiene el Saborit. Aún no llegaba ninguna noticia del hospital.